martes, octubre 27, 2009

... sin llolanda ...

Despierto y después de 5, bueno 15, bueno, 45 minutos me meto a bañar. Mientras me baño pienso qué me voy a poner (eso, la mayoría de las mañanas me ayuda a optimizar mis tiempos).
- Mis pantalones favoritos - los púrpura!
Lalala, salgo del baño, busco mis pantalones, lalala, me los pongo, mmhhpf!
bueeeno, si meto la pancita un poco sí me cierran...
mmhhpf!!
ah! listo!
... zzzzzzzip!

Maldición! He roto mis pantalones favoritos!

Creo que después de pisar un caracol, es la sensación más fea del mundo, romper unos pantalones por gorda.
O sea, una cosa es que un día poniéndote una blusita medio truenen las costuras porque abriste los brazos antes de tiempo, o que se te salga la lonjita cuando te aprieta e pantalón, pero romper unos pantalones... pss, y tus favoritos... psss....

Así que muy triste llegué al trabajo y le dije a mi amiga Dany lo sucedido. Muy animada me dijo que tenía una dieta buenísima que no podía fallar.

[ PARÉNTESIS - Yo odio y siempre he odiado las dietas, siempre he pensado que sólo sirven para torturarte y que prefiero hacer ejercicio y comer todo lo que quiera, a restringirme en la comida, además sólo una vez en la vida había hecho dieta, y fue por dos semanas pa que mi vestido de quince me quedara a la perfección. ]

Pensé que una vez más, como ya varias veces me ha pasado en estos últimos meses, me iba a tener que comer mis palabras y contradecirme de nuevo, ya que no me gustaban las dietas pero que después de romper un pantalón no podía seguirme quejando, así que acepté.
Inmediatamente puse a la práctica esta oh-tan-maravillosa dieta, con la cual estoy aprendiendo a comer. Llevo casi dos semanas y no he chillado ni un sólo día, he aguantado caaaasi sin quejarme todo este tiempo, y como diría Rosito: Sin llolanda!
A veces me dan ganas de ir a la tienda y comprarme mil millones de chocolates, es cierto, pero voy a la tienda y me compro una botella de agua. Vamos, sé que se puede y que un snickers, aunque realmente satisface, no va a hacer la diferencia en mi día (y sí en mis pantalones).

La verdad es que los resultados se van viendo, poco a poco (muy poco a poco), pero ahí están, y eso me anima a seguir comiendo bien, y mesuradamente.
Obviamente me sigue faltando el ejercicio, pero pus a falta de pan... ora sí que no tortilla.

3 comentarios:

Armando dijo...

Amiga, ¿qué dieta es?, pásala... que Polonia llena mis cachetes de comida como hámster.

Te quiero,

Armando.

Armando dijo...

Querida, tómate todas las fotos saltarinas que quieras.

Soy todo de ti,

Armando.

Armando dijo...

Querida, tómate todas las fotos saltarinas que quieras.

Soy todo de ti,

Armando.