domingo, mayo 09, 2021

... bruce ...

 Me acuerdo perfecto el día que lo conocimos, yo le dije a Memo:

-Sólo lo vamos a conocer, no nos lo vamos a traer todavía... 

Llegamos a la casa de nuestro cuate Lucho, y cuando nos sentamos en el sillón salió volando Bruce Wayne para saltarnos encima... and that was it. Me enamoré perdidamente, y memo también, y nos fuimos los 3 juntos. Él ya no era un bebé, tenía un año y 3 meses cuando lo conocimos, había nacido un 29 de agosto del 2010 (el año que nos casamos).

Desde ese momento fuimos siempre los 3, Memo, Bruce y yo. 


Fuimos a comprar un kennel, comida, y creo que hasta correa, no teníamos nada listo porque de verdad no nos lo íbamos a llevar ese día! 

Me gustaba su nombre, Bruce, en realidad Bruce Wayne, pero el nombre que a mí siempre me había encantado era realmente Bruno, por el perro de la cenicienta! Intenté siempre llamar a alguien Bruno, lo intenté con el perro de una amiga, un gigantón de nombre Jagger que nunca me peló mi intento por llamarlo de otro modo. Lo intenté con Bruce, varias veces intenté llamarle Bruno, pero tampoco pegaba, hasta que pues, después, ya saben, pegó... (pero esa es otra historia).

Bruce estuvo con nosotros siempre, Memo lo llevaba a la oficina, lo llevaba en la bici, lo llevábamos al parque, a la playa, a la marquesa, a casa de los "abuelos", en cada mudanza nos acompañó. Se ponía nervioso cuando nos veía empacar, pero se quedaba junto a nosotros. 






Le encantaba el atún, las galletas marías y la manzana, y cada que podíamos, lo consentíamos. Le compramos ropita, se la quitamos, le hice almohadas, me destrozó mi chamarra favorita, le compramos mil millones de pelotas y juguetes que deshizo, le encantaba que le secara el pelo con la secadora, tomar el sol que entraba por la ventana y hacerse piojito con las plantas o con el edredón en la orilla de la cama. Era el perro más sediento del mundo.

Le llegó un hermano perrito y trató de guiarlo, comprenderlo, quererlo, hasta que Thor creció y ya no pudieron ser más amigos, y Bruce se quedó con nosotros. Le llegó un segundo hermano ahora humano, y de ese si ya no se pudo deshacer.... y luego le llegó la hermanita... 

Lo disfrazamos, nos reímos, nos correteamos, le tomamos fotos, videos, le rascamos su pancita (yo insisto que siempre que le rascaba su pancita, sonreía, aunque memo dice que los perros no pueden sonreír, yo sí veía su sonrisa :) y ohpordios como amaba cuando se ponía muy feliz y nos meneaba su micro colita ˆ–ˆ 


Bus chachó pata, se hizo alérgico a las vacunas, al pollo, y al final ya no podía comer nada nada más que sus croquetas especiales, casi nos lo atropellan en Patriotismo, el tocayito le rasguñó el ojo, nunca aprendió a darme la patita, pero sí se sentaba y se echaba. 

Fue mi primer perro...

  

Y lo quise y lo amé tanto, y lo consentí, y lo acaricié, y lo bañé y le sequé su pelito. Y me dormí con él, y memo también (cada sábado a las 4 de la tarde, en el sillón del departamento de recién casados). Y me lo puse en la panza cuando estaba embarazada, y platiqué con él, y lo abracé y le di de comer lo que le gustaba, y le hablé agudo y le dije Brucilingui milingui, y otros tantos nombres ridículos y me lo tatué en mi brazo derecho.

 

Y el 30 de abril le dio un ataque, algo raro le pasó, se quedó inmóvil. Llevaba días sin querer bajar a hacer pipí, ni popó, a veces se saltaba el desayuno o la cena, se le veía triste, cansado, ladraba y algo le dolía. Una noche antes, después de cenar, vomitó, se hizo pipí, se hizo popó... y se fue a meter a su kennel.

Ese día llevamos a mis hijos con mis suegros, y llevamos a Bruce al veterinario de nuevo. Lo revisaron, y después de decirnos sus mil dolencias, tomamos la peor decisión que se puede tomar, sabiendo, o tratando de comprender que era la mejor... sigo sin comprenderlo al 100 pero trato.


Lloré y lloré a su lado, y lo abracé todo el tiempo, tratando de que el sintiera todo mi amor, le ofrecí disculpas mil y un veces y se quedó dormido. 


Y escribo todo esto aquí en la sala, sentada en el piso en donde me gustaba sentarme junto a él en las noches cuando nos quedábamos solitos, y que se acostaba en mis piernas hasta que se hartaba de mi y mejor se acostaba en su camita junto a mi. Extraño escuchar el ruido de sus patitas en el piso, sus ronquidos, su respiración fuerte, sus ladridos cada que llegaba Mary a la casa o cuando sonaba el timbre. Extraño sus babas y sus punes, extraño acariciarlo y que se me quede la mano toda polvosa. Extraño peinarlo con su cepillo de corte de pelo, pasarle la secadora cuando me acompañaba a secarle el pelo a los niños y ponerle su agüita limpia. 


Te amo Bruce, por siempre.







... wey ya, segunda parte ...

Y esque dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, pues tienen razón! (menos BBTF ofcors)

Los meses de noviembre y diciembre fueron una locura total en esta casa... Bruce se enfermó, luego Bruno, luego Abril, luego Memo... Sólo faltaba yo y juraba que sí me iba a enfermar... 


Bruce empezó en noviembre haciendo mucha pipí, sin poder aguantarse y notamos un pequeño rastro de sangre, y lo llevamos inmediatamente al vet. Al hacerle el primer estudio, vieron cosas extrañas, por lo que le hicieron un segundo estudio, y así sucesivamente. Long story short, pancreatitis, células cancerígenas (no quisimos averiguar donde tenía el cáncer), y sí un problemita de vejiga. Estuvo internado y en observación casi una semana, creíamos que se nos iba, y pues no, después del tratamiento y todo, mejoró notablemente sus niveles preocupantes, le cambiaron la dieta, y nos lo trajimos... sabiendo claro, que tal vez no sería por mucho, pero lo disfrutaríamos y lo consentiríamos muchísimo.


Días después, Bruno empezó a vomitar, cosa rarísima en él, mi hijo, pa que me entiendan, podría "comer piedras" (si, típica frase de mamá) y no le pasaría nada, y pues algo le pasó. Esa misma noche tuvo un poco de fiebre, lo revisaron y todo parecía normal. Por si las dudas, nos quedamos más encerrados de lo que ya estábamos... Dos días después ya no tenía nada. A los tres días, Abril, exactamente igual, vómito, y fiebre en la noche... dos días después, nada.  Y aquí viene lo feo... 

A los 3 días, yo estaba trabajando abajo en la sala, porque estábamos a dos días de navidad, y estaba terminando pedidos y paquetes. Escuché que en algún momento de la noche, mi hija se fue a nuestra cama, y ahí se quedó... Después escuché trucuplum!!! Un azotón triple y horrible, y sólo pensé, ya se cayó mi hija de la cama. Subí en chinga y en menos de 2 segundos ya estaba en mi recámara, prendí la luz, y juro que nunca vi a mi hija que estaba ahí acostadita, seguramente porque en el momento en que entré a mi cuarto, escuché unos quejidos de memo que venían del baño. 

Escena terrorífica, Memo tirado en el suelo boca abajo, con la cara en un charco de sangre y quejándose del dolor. Me acerqué a tratar de levantarlo, preguntarle qué había pasado, y en eso su ojito me vio, se desvaneció y soltó un suspiro con una lágrima... Obviamente pensé lo peor, pensé, ya valió, ahora qué hago? pues lo primero que hice fue empezar a gritarle que despertara y despertó luego luego... súper extrañado de que por qué le estaba gritando; en lo que recobraba la conciencia, él pensaba que yo lo estaba despertando a gritos, de su sueño normal y que había pasado algo con los niños...

Poco a poco se fue dando cuenta de que se había desmayado, de la sangre en el piso, de que se dio un madrazo en la boca y la nariz y de ahí salía toda la sangre y que hasta se había movido dos dientes. En eso empezó a recordar que le dió un retortijón fuerte, que lo despertó, se paró al baño, y al llegar al baño le dio uno super fuerte, que se tuvo que sentar, se alcanzó a agarrar del lavabo, y sopas perico... Afortunadamente se alcanzó a sentar y se cayó hacia enfrente, que de caer parado y hacia atrás se cae en los canceles de la regadera y bye. 

Fue una noche horrible, después de limpiarle la sangre y todo, me di cuenta que Abril había escuchado todo y estaba en mi cama y solo me dijo: Yo estoy bien mami... 

Al día siguiente hablamos con un primo de memo que es doctor, nos dijo que lo más seguro es que hubiera sido un desmayo por dolor... aunque pues había que estar en observación justo por el cuadro de síntomas que habían tenido los niños días antes... Después hablamos con un primo mío que es neurólogo y coincidió en que fue un desconecte del cuerpo por un dolor tan fuerte, que esto puede ser provocado por una emoción demasiado fuerte, como alegría, miedo, dolor, etc. como cuando se desmayan en los conciertos o en las montañas rusas... Mi suegro le arregló los dientes, y regresamos a casa, a pasar navidad solos, y año nuevo también. Con la cantidad de estrés que tenía encima por todo lo que había pasado en el mes, más que mi papá estaba a punto de irse a vivir a Cancun, más que la pandemia iba a tener seguramente la segunda oleada... yo sólo pedía esquina. 


Y así fue, queridos amigos, que terminó el 2020... y sin temor a equivocarme ha sido uno de los 3 años más complicados de mi vida...