viernes, agosto 18, 2017

... miabilcitita ...

Llegó la semana 39, en la que según yo llegaría Abril, ya que como mi primer bebé llegó en la 39, yo no le daba más tiempo que eso en la panza a mi Abril, y pues tómala barbón, naya ye naya...

Empecé a sentir contracciones varios días en la noche, pero todas eran falsa alarma... hasta el 14 de marzo, que me empezaron a las 3:30 de la tarde cuando íbamos rumbo a zona azul por una malteadita. Empezaron y dije, bueno, quizá son falsa alarma también, les voy a dar chance de seguir y a ver que pasa (de cualquier modo pensé que terminando mi malteada ya no debería comer nada más por aquello del ayuno de 8 horas). 

A las 7:30 de la noche seguía con contracciones muy regulares, y un poco más intensas, así que decidimos llamar a mi doctora y nos dijo que mejor ya nos fuéramos al hospital. Dejamos a mi bebé (ya no tan bebé veá) con mis suegros y nos fuimos al hospital. Al llegar me revisaron y si, ya nos quedamos.

Desde ese momento me conectaron suero, y pues yo con la panza vacía, viendo anuncios de hamburguesas deliciosas en la tele, y para la media noche aún no había señales de la chamaquita, es más, según yo hasta disminuyeron las contracciones... Me dormí y a las 5 de la mañana me pusieron oxitocina para inducir el parto.

A las 11 de la mañana, si, 6 horas después, empecé a sentir contracciones de nuevo rítmicas y poco fuertes. A las 2 de la tarde un poco más fuertes pero aún nada... Como a las 5 llegó el jefe de ginecología y me preguntó en qué nivel iba mi dolor, y que si ya me ponía la epidural, a lo que contesté que me parecía excelente idea! Me bajaron al quirófano y me pusieron la epidural, insisto, qué cosa más complicada de poner, pero qué aliviane da.

Para las 6 de la tarde ya había bajado memo al quirófano y yo ya estaba lista para pujar, porque ahora sí sentí ganas de pujar, son realmente muy fuertes y se siente como que necesitas pujar... de dos pujadas que casi me desmayan (pero no me desmayé porque pensé: si me desmayo orita mi bebé se va a quedar atorada a la mitad y ahí sí qué desmadre), salió mi abrilcitita y de fondo musical teníamos Dancing Queen. Obviamente me solté llorando, y es que aparte de que estaba naciendo mi hija, sonaba dancing queen, cosa que me encanta pero a la vez me da mucha tristeza. Recordar las canciones de abba me dan demasiada melancolía, ya que de lo último que hice con mi mamá fue ver la película de Mamma mía y recuerdo que no sabía qué hacer ni qué pensar...

Pero regresemos a mi bebé, después de tantas horas de contracciones por fin la tuve conmigo, bonita cachetoncita, y con toda su vida por delante.

Y así tan rápido ya cumplió 5 meses, y han sido 5 meses de felicidad. Mi niña es risueña, una linda, come y duerme muy bien, y todo ha sido mucho más relajado con ella. Luego dicen que el segundo hijo se siente como de bajadita, y sí. Como ya sabes medianamente lo que estás haciendo, ya no tienes tanto estrés, y bueno, ya no puedes enfocarte tanto en cosas de primerizos porque pues ya tienes a otro chamaco dando guerra... (y que claro, por eso me tardé 5 meses en publicar este post jaja)

Mi pequeña, te amo tanto y sólo quiero que sepas que te deseo una vida plena, dichosa.

... ¿dónde quedo yo? ...

¿Dónde quedo yo?
Ayer mientras brincaba como loca en mi tercer (y mejor) concierto de hanson, hacía kegels para que no se me saliera la pipí... entre que me daba risa y pensaba, "chale creo que ya estoy viejita para esto", o "mañana no me voa poder mover" no me detenía y seguía saltando, bailando, cantando y gritando.

Y esque a mi siempre me ha gustado ser así, cantar con todas mis ganas, bailar como siento la música, y ser feliz... ser feliz.

Estos últimos meses (o años) he olvidado a veces cómo era, así pues, siempre muy feliz; y sí, yo se que la vida te pone pruebas pero siendo realistas, a mi me ha ido bastante bien, no me puedo quejar ni tantito de nada; tengo una vida bastante privilegiada diría yo, y no me refiero a lo económico (aunque claro que es importante y afortunadamente no me falta nada), sino a lo realmente importante, salud, familia, amor.

Pero no nos desviemos del tema, mi pregunta es ¿dónde quedo yo? Y esque me surgió la duda bien cañón. 
O sea, mi papá nos cuenta que mi mamá era muy aventada, que se subía a las montañas rusas, y recuerdo que mi mamá nos contaba que iba en la estudiantina y que tocaba la guitarra... 
La mamá que yo recuerdo, aunque sí muy feliz, para nada era aventada, es más, yo la llamaría preocupona, protectora, precavida... 
Y me pongo a pensar... ¿Tener hijos cambia quién eres en realidad? Y bueno, pa acabar pronto, ¿quién eres en realidad? ¿Tu personalidad real es aquella que se potencializa en tu juventud? (Una vez que has pasado la terrible adolescencia y medianamente sabes qué quieres hacer de tu vida y de ti mismo). Y cuando uno crece ¿dónde queda aquella persona? ¿Si uno vive hasta hacerse viejito, cual es su verdadera personalidad, o sea, la de qué etapa de tu vida; o todo se va acumulando? 
¿Si no tienes hijos, conservas más tu personalidad, tu forma de ser y de pensar que no están influenciados por nadie más? ¿Eso te hace inmaduro? 

Tengo una familia muy extensa y tengo primas y primos con y sin hijos, y la verdad a veces me pongo a pensar si al no tener hijos uno se queda más fiel a su versión joven... ¿saben a lo que me refiero? 
Sin hijos uno no se vuelve preocupón, no tienes todo el tiempo ese miedo de que le vaya a pasar algo a tus pequeños, y esque yo la verdad no quiero vivir con miedo, pero me da terror simplemente pensar que algo malo les pase... 

Y no quiero que me malentiendan, pero no me quiero perder a mi misma, no me quiero convertir en mi mamá que se convirtió en una persona que se deshacía en hacer cosas para ayudar a los demás; pero se olvidaba de ella. Y no es que no la admire ni que no la ame ni que no la extrañe demasiado, la admiro, la amo y la extraño montones, pero siempre sentí que mi mamá tenía mucho más que dar, que tenía dentro de ella algo más, mucho talento, y lo peor es que ni siquiera sé exactamente que era. Mi mamá era excelente bailarina, amaba bailar eso sí lo recuerdo perfecto, amaba la fiesta, amaba el francés, y amaba a su familia. Pero no se de qué se quedó ganas mi mamá, bueno, se quedó con ganas de conocer Florencia, ¿pero qué más? ¿De ser piloto de carreras? ¿De trabajar? ¿De dar clases?

Me da cosa pensar que mis hijos van a conocer a su mamá y no a la que yo conocí y fui... ¿cómo le hago para no perderme? ¿Dónde quedo yo?