¿Qué hace uno cuando no tiene nada que hacer?
Hay días que pagaría por no tener nada que hacer, y realmente no hacer nada. Estar tirada en mi cama todo el día viendo mis películas favoritas y alguna que otra nueva, mientras como helado y porquería varia, y definitivamente no quitarme la pijama en todo el día.
Pero siendo realistas, cuánto me duraría el gusto?
No puedo estar más de 10 minutos quieta; o tejo, o arreglo mi ropa, o hago tarea, o checo mi mail, o leo, o salgo, o pienso en tooodo lo que tengo que hacer.
-Mientras escribo esto (en papel) voy en el metro. Llevo 30 minutos de camino y tuve que ponerme a escribir porque sentía que me sofocaba de no tener nada que hacer, en verdad nada. No traigo un libro para leer, no traigo estambre para tejer, no traigo Ipod para escuchar música, ni cuaderno para hacer tarea. Es más, ni siquiera traigo mi estuche de maquillaje para darme una retocadita o aunque sea depilarme las cejas. Lo único que encontré en mi bolsa fue mi agenda y la pluma que siempre trae atorada en la espiral que se convirtieron en mis salvavidas.
¿Cuándo será el día en que pueda realmente disfrutar de no hacer nada sin pensar que justo en ese momento podría estar haciendo otra cosa sin ningún remordimiento de estar perdiendo el tiempo?
No se, qué angustia...
Lo bueno es que ya tengo que transbordar.
[nota: esa misma noche disfruté de 20 laaaargos y grandiosos minutos de mente en blanco y piojo, mucho piojo - gracias (k)(tu)]
2 comentarios:
La nada asusta... uy... como ser tan ligero... la insoportable levedad el ser... "secsy"
Te quiero roja,
Armando.
Pues mira.... la neta creo que, cuanto más piensas en que no tienes que hacer nada, más te haces consciente de ese vacío de actividades.
La clave, me parece, es simplemente no pensar, si no, qué chiste tiene???
Saludos.
Publicar un comentario