martes, septiembre 22, 2009

... mira bartola ...




...ahí te dejo esos dos pesos, pagas la renta, el teléfono y la luz.

El valor de dos pesos es mucho. La gente subestima las monedas de dos pesos, más las de un peso, y no se diga de las de centavos (50, 20, 10, 5) y las desecha sin darse cuenta de lo que está tirando.
Yo siempre he pensado que un peso puede hacer la diferencia entre ser millonario o no; ejemplo, puedes tener 999,999 pesos, pero sin ESE peso, jamás tendrás el título de millonario. El peso hace la diferencia.

Dos pesos te pueden llevar en la comodidad de un gran camión de la villa hasta santa fé y muchas rutas más, te pueden hacer recorrer toda la ciudad de méxico en el metro desde rosario hasta barranca, de indios verdes a universidad, de toreo a tasqueña, de buena vista a ciudad azteca y de observatorio a las lejanas tierras de pantitlán. Por supuesto que hay más destinos y si transbordas puedes lograr un sin fin de combinaciones, y estar en el metro meses por la misma tarifa, 2 pesos.

Café de maquinita, paletas, chicles, chocolates, miguelitos de agua y polvo a la vez, tortillas y alimentos varios.

Y está la otra cara de la moneda (de dos pesos, claro).
Hagamos la cuenta, una pequeña niña pide monedas en un semáforo; cada luz roja dura entre 30 y 90 segundos dependiendo del crucero. Supongamos que le tocó un mal crucero y cada alto sólo le den 2 pesos, una moneda insignificante. Estando 4 horas de tráfico en ese crucero, recibiendo una monedita de 2 pesos cada minuto y medio, la niña hace 320 pesos en 4 horas de un mal día de crucero, 1920 pesos en una mala semana de crucero (sin contar el domingo porque el domingo es de sagrado descanso). Te laten 7680 pesos en un mal mes de crucero?

Si eres propinero, viene viene, trapero, malabarista, payasito, o cerillo, aprenderás a amar esa moneda. Y si eres observador te darás cuenta que en un día de ir al super, estacionarte, pasar a la gas, y alguna que otra cosilla habrás perdido no una, no dos, sino varias de estas valiosas monedas que al juntarse hacían el valor de un café, de un lonchibon, de unas papas, etc.



No señor, no hay que subestimar el poder de una moneda de dos pesos. Cuando llegues a tu trabajo hambriento y sediento, sufrirás la falta de esa moneda tan pequeña que te aleja tanto del paraíso.

2 comentarios:

Señorita calcetin dijo...

Y yo que hago siendo publicista, me cae que dos pesos hacen la diferencia.

Aunque tambien lo pienso si le cobrara a cliente a dos pesos los cambios que me piden, seguro en un mes dejaria de ser propiedad de telcel, a no perdon de Slim.

Pues de peso el cambio.

Armando dijo...

Cuanta velda'... un día me faltaban dos pesos para irme de mi casa al Cristóbal... fue la perdición...

Te extraño,

Armando.