viernes, septiembre 11, 2015

... un añito de vida ...

Y así de pronto ha pasado un año desde que nació, y cada día me sorprendo más de todas las cosas que va aprendiendo. No hay día que no agradezca tenerlo conmigo y tener la dicha y bendición de poder estar a su lado siguiendo sus pasos. Y es que hablando de pasos, pues, ya camina. Un día estaba haciendo los famosos solitos y al día siguiente ya caminaba por todos lados, literal.

Entiende muchísimas cosas, está aprendiendo a conocer las partes del cuerpo, ya sabe cuál es su cabeza y la cabeza de todos los demás. Y así como se tardó en brotarle su primer dientecito, un día de pronto le brotaron los cuatro dientes de arriba de jalón; los cuales lava muy feliz.
Ya sabe cuándo llega su papá del trabajo y grita "papá". 

Ahora por supuesto hace muchas más travesuras y cosas interesantes, ya sabe abrir la llave del agua, sabe meterse a la regadera con el piso mojado, (también sabe que no lo debe de hacer), hacer ruido de coche y de moto, subirse a su cochecito aunque todavía no sabe avanzar, treparse a la carriola el solito, ama que le lean sus libros, y por supuesto escupe la comida cuando ya está lleno o cuando no le gusta (a pesar de que se la doy camuflajeada con otras cosas) ah y su primera travesura oficial: aventó un rollo completo de papel de baño al excusado y lo "chopeaba". 

Ya dice "ya" y cuando oye perros ladrar dice "guau". Ya pasó a la categoría de bebé grande, así que ya usa su asiento para el coche de bebé grande y no el huevito de bebé chiquito. 

Y lo de la profesional del sueño, pues fuimos a la cita, nos explicó que hacer, y como por arte de magia, al tercer día se durmió después de sólo llorar 3 minutos, y durmió toda la noche!! 

Es mucho crecimiento, experiencias nuevas y cosas que aprender; a veces siento que a mi me cuesta más trabajo que a él acoplarme a todo esto, porque entre horarios de comida, horarios de sueño, ratos para jugar y ratos para preparar la comida o arreglar la casa o trabajar un poco, no me da la vida... Y seguramente si el día tuviera más horas, tampoco me serviría... 

Pero bueno, basta de queja, que en realidad no es queja, sólo, digamos... observación.

¡Un año de vida de mi niño, qué maravilla!

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