¡Que lo rapamos!
Se le empezaba a caer el pelito de las sienes y un poco de la nuca, así que decidimos raparlo. Al principio me dió cosita, me puse triste y sentía que había perdido la ternura, así como Sansón su fuerza; pero con el paso de los días lo vi viendo cada día más hermoso. Ahora ya me acostumbré por completo y hasta lo veo como si fuera un niño diferente con el pelito.
Hoy fue un día agotador. Lo llevamos al cine con nosotros, y pudimos entrar ya que éramos los únicos en la sala, no nos fue tan mal. Pero lo mejor sucedió cuando volvimos a casa; lo puse a jugar en su gimnasio y rodó! Primero rodó de espalda a panza y luego terminó su vuelta; lo hizo el solito, bueno, casi ni lo toqué, sólo lo ayudé tantito :)
Eso quiere decir que ahora peor que antes, tendremos que estar pilas para que no se vaya a caer de la cama o la mesa o de ningún lado...
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