Hoy como todos los días desperté con Memo, (un poco más tarde de lo normal) nos dijimos buenos días, me paré, tendimos la cama, me bañé, hice de desayunar, y a trabajar.
Prendí mi compu y me disponía a trabajar en una paginita que estoy trabajando, pero como siempre, me metí a facebook, al chisme matutino, y me encontré con una noticia que me dejó en shock.
"Lo poco que conviví contigo fue suficiente para darme cuenta la increíble persona que eras! Siempre con una sonrisa! Descansa en paz amigo!"
Me metí a revisar el muro de Rafa Torre, y todo mundo le había dejado mensajes del estilo. Él era un compañero de la universidad, que se había especializado en fotografía. Tenía un estilo muy marcado, muy singular, y trabajaba muy bien. Al parecer le estaba yendo muy bien, y parecía tener muchos amigos.
Yo sé que no éramos amigos cercanos, ni siquiera en la universidad. El era de los fresitas populares y la verdad yo... pus no. Me caían bien, me llevaba con todos en clases, nos llevábamos, bromeábamos, pero nunca siquiera salí con ellos fuera de la universidad... ni a comer.
El punto aquí es que este tipo de noticias de pronto llegan y BUM, se siente cómo te apachurran el corazón un poquito. Qué feo que de pronto la gente muera, sin más. Que te encuentren solo y muerto en tu departamento. Que nadie sepa que pasó. Que la gente te diga todas las cosas bonitas que pensaba de ti, cuando ya no estás, cuando ya estás muerto y no las puedes ni leer, ni escuchar, ni sentir.
Eso me recuerda una vez más, (una vez más, una vez más) que estamos aquí de paseito dominical. Que de pronto un día puedes ya no estar vivo. Que hay que agradecer cada amanecer, cada anochecer, cada momento al lado de nuestros seres queridos. Recordarles que los amamos a cada oportunidad que podamos, aunque sonemos cursis, idiotas o lo que la gente critique. Que tenemos que ser felices todos los días, cantar, hacer lo que nos gusta, aunque sea de hobby, que es muy malo desperdiciar los momentos, aunque sean pocos, en estar amargados, enojados, tristes.
Qué feo que tenga que morir la gente para que nos demos cuenta de cuánto la queríamos, cuánto significaba para nosotros, cuánto nos hacía reír, cuán indispensable era. Como bien bien dice el dicho: nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Que mal, descansa en paz compañero... y a decir todo lo que sentimos, hoy.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario