lunes, abril 22, 2013

... enfermedad de primavera ...

Y como siempre me pasa, el invierno me cuido muchísimo y puede ser que no me enferme, pero apenas llega el calor, me confío y echo todo a perder.
Bañarme en la noche me hace daño, se queda mi gran melena de león mojada y amanezco mal de la garganta, o que tal que salgo sin sudadera a caminar en la noche, o duermo destapada y la madrugada hace de las suyas.
Pues en este caluroso inicio de primavera había superado todas esas pruebas, pero definitivamente no puedo contra el aire acondicionado.

Ayer decidimos ir a pasear al centro, me disfracé de turista, con shorts y tenis, gorra, bloqueador, y gafas oscuras. Caminamos y caminamos, comimos delicioso en el Café de Tacuba, fuimos por un helado a Nutrisoya, donde mi mamá siempre nos compraba, y oh sorpresa, ya no hay nutrisoya.
En fin, después de estar todo el "medio día" en el sol, se nos hizo fácil (y delicioso) ir al cine.

Llegamos al cine, y la sala estaba congelada, gracias. Después de absorber sol todo el día, hice lo peor que pude haber hecho. Al final de la película ya estaba totalmente congelada, me dolía la garganta y estaba toda echa bolita en mi asiento.

Obviamente amanecí con la garganta triste, me arde, y me quiero ir a dormir... Lo peor de todo es que este viernes nos vamos de viaje a la playa, donde obviamente se juntan de nuevo estos elementos: sol y aire acondicionado...

Bu...

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