Y esque dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, pues tienen razón! (menos BBTF ofcors)
Los meses de noviembre y diciembre fueron una locura total en esta casa... Bruce se enfermó, luego Bruno, luego Abril, luego Memo... Sólo faltaba yo y juraba que sí me iba a enfermar...
Bruce empezó en noviembre haciendo mucha pipí, sin poder aguantarse y notamos un pequeño rastro de sangre, y lo llevamos inmediatamente al vet. Al hacerle el primer estudio, vieron cosas extrañas, por lo que le hicieron un segundo estudio, y así sucesivamente. Long story short, pancreatitis, células cancerígenas (no quisimos averiguar donde tenía el cáncer), y sí un problemita de vejiga. Estuvo internado y en observación casi una semana, creíamos que se nos iba, y pues no, después del tratamiento y todo, mejoró notablemente sus niveles preocupantes, le cambiaron la dieta, y nos lo trajimos... sabiendo claro, que tal vez no sería por mucho, pero lo disfrutaríamos y lo consentiríamos muchísimo.
Días después, Bruno empezó a vomitar, cosa rarísima en él, mi hijo, pa que me entiendan, podría "comer piedras" (si, típica frase de mamá) y no le pasaría nada, y pues algo le pasó. Esa misma noche tuvo un poco de fiebre, lo revisaron y todo parecía normal. Por si las dudas, nos quedamos más encerrados de lo que ya estábamos... Dos días después ya no tenía nada. A los tres días, Abril, exactamente igual, vómito, y fiebre en la noche... dos días después, nada. Y aquí viene lo feo...
A los 3 días, yo estaba trabajando abajo en la sala, porque estábamos a dos días de navidad, y estaba terminando pedidos y paquetes. Escuché que en algún momento de la noche, mi hija se fue a nuestra cama, y ahí se quedó... Después escuché trucuplum!!! Un azotón triple y horrible, y sólo pensé, ya se cayó mi hija de la cama. Subí en chinga y en menos de 2 segundos ya estaba en mi recámara, prendí la luz, y juro que nunca vi a mi hija que estaba ahí acostadita, seguramente porque en el momento en que entré a mi cuarto, escuché unos quejidos de memo que venían del baño.
Escena terrorífica, Memo tirado en el suelo boca abajo, con la cara en un charco de sangre y quejándose del dolor. Me acerqué a tratar de levantarlo, preguntarle qué había pasado, y en eso su ojito me vio, se desvaneció y soltó un suspiro con una lágrima... Obviamente pensé lo peor, pensé, ya valió, ahora qué hago? pues lo primero que hice fue empezar a gritarle que despertara y despertó luego luego... súper extrañado de que por qué le estaba gritando; en lo que recobraba la conciencia, él pensaba que yo lo estaba despertando a gritos, de su sueño normal y que había pasado algo con los niños...
Poco a poco se fue dando cuenta de que se había desmayado, de la sangre en el piso, de que se dio un madrazo en la boca y la nariz y de ahí salía toda la sangre y que hasta se había movido dos dientes. En eso empezó a recordar que le dió un retortijón fuerte, que lo despertó, se paró al baño, y al llegar al baño le dio uno super fuerte, que se tuvo que sentar, se alcanzó a agarrar del lavabo, y sopas perico... Afortunadamente se alcanzó a sentar y se cayó hacia enfrente, que de caer parado y hacia atrás se cae en los canceles de la regadera y bye.
Fue una noche horrible, después de limpiarle la sangre y todo, me di cuenta que Abril había escuchado todo y estaba en mi cama y solo me dijo: Yo estoy bien mami...
Al día siguiente hablamos con un primo de memo que es doctor, nos dijo que lo más seguro es que hubiera sido un desmayo por dolor... aunque pues había que estar en observación justo por el cuadro de síntomas que habían tenido los niños días antes... Después hablamos con un primo mío que es neurólogo y coincidió en que fue un desconecte del cuerpo por un dolor tan fuerte, que esto puede ser provocado por una emoción demasiado fuerte, como alegría, miedo, dolor, etc. como cuando se desmayan en los conciertos o en las montañas rusas... Mi suegro le arregló los dientes, y regresamos a casa, a pasar navidad solos, y año nuevo también. Con la cantidad de estrés que tenía encima por todo lo que había pasado en el mes, más que mi papá estaba a punto de irse a vivir a Cancun, más que la pandemia iba a tener seguramente la segunda oleada... yo sólo pedía esquina.
Y así fue, queridos amigos, que terminó el 2020... y sin temor a equivocarme ha sido uno de los 3 años más complicados de mi vida...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario