Bien dicen por ahí que "Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes"; bueno pues se les olvidó decir "cuéntale tus planes con tu bebé".
Hoy tenía todo mi día planeado, pensé:
• le doy de desayunar a mi changuito a las 9, y le doy su leche para que se duerma en el carro.
• estar en el carro a más tardar a ls 10
• llegar al banco 10:15 y arreglar mi cuenta
• ir a lumen a más tardar 11:15 por encargos
• ir a la librería por otros encargos
• regresar a casa a más tardar a la 1 a terminar la comida
JA!
Para empezar, mi hijo no me quiso pelar en lo más mínimo después de desayunar y no tomó su leche. Yo ya estaba lista pero él no se quedaba quieto, y a las 10:45 por fin pude darle su leche y se quedó dormido. Me dio tanta cosa moverlo que lo dejé dormir... A las 11:45 (hora que yo ya debería estar por salir de lumen) despertó y logramos salir de la casa como a las 12. Por supuesto que ya no fuimos al banco, así que nos fuimos directo a lumen.
Ya ahí todo iba viento en popa, hasta que llegamos de nuevo al coche... Yo no se que me pasa pero a veces me siento el oso de las caricaturas con este niño. Abro la cajuela, llevo al bebé a su asiento, guardo la pañalera, me doy cuenta que necesita cambio de pañal, cierro la cajuela, lo cambio, lo pongo provisionalmente en su asiento y cierro la puerta, pongo la carriola en la cajuela, regreso y el niño ya está parado en su asiento y pegado en el vidrio muerto de risa (cosa que nunca había hecho), lo saco y le preparo una mamila pa que no muera de hambre, nos metemos al coche, se toma media mamila, lo pongo de nuevo en su asiento, le abrocho el cinturón, me subo al coche, me doy cuenta que el boleto del estacionamiento está en la pañalera, me vuelvo a bajar, saco el boleto de la pañalera, me regreso a mi asiento, y por fín logro salir del estacionamiento, todo esto para volverme a bajar en el estacionamiento de la librería a menos de 50 metros...
Regresé a casa yo creo pesando 1 kg menos de tanto que sudé y más tarde de lo planeado, pero logré hacer la comida!
Mañana me toca ir al banco, mi plan es salir a las 10, obvio...
martes, mayo 12, 2015
lunes, mayo 04, 2015
... vuela vuela ...
... No te haaaace falta equipajeeee
** y la abuelita vicky bailando como los magneto**
Hace dos semanas, después de festejar mi cumpleaños con una tranquila carnita asada familiar, fue el primer vuelo de mi niño y si, iba yo tan nerviosa como si tuviera que ir al dentista a que me sacaran la muela del juicio. A pesar de mi nerviosismo, traté de estar cool al respecto y creo que lo logré súper bien.
Llegamos temprano al aeropuerto y para nuestra suerte nos tocó un asiento vacío junto a nosotros, así que pudimos estirarnos un poco más de lo esperado. Se durmió en el despegue y después de media hora despertó y no paró. Brincaba en el asiento, pasaba de un asiento a otro, jugaba con sus juguetitos, quería ver por la ventana... Torbellino.
Tuvimos una semanita muy divertida con el primito de bruno pero también un poco difícil. Tuvo febrícula un par de días, anduvo muy inquieto y molesto, no quería comer bien, en fin. Traía la encía muy hinchada pero no le salió nada.
Estando con su primo empezó a hablar más, porque el primo habla mucho. Mamamamamá, Papapapapá, todo el tiempo y aprendió a decir adiós con la manita. Tuvimos un poco de retroceso con la dormida, durmió con nosotros todos los días bu, pero espero que lo podamos ir manejando poco a poco, estaba leyendo que en etapas de transición, les cuesta más trabajo dormir en su cuna... Ojalá y cuando pase lo de sus dientes lo logremos.
En el vuelo de regreso nos tocó junto a un chavo que al ver bebé mejor se cambió de lugar, jaja pobre. Seguro yo hubiera hecho lo mismo. Y obvio en el aeropuerto saludando a toda la gente, pero cuando llegamos y le quisimos enseñar a sus abuelos que ya decía adiós ni nos peló.
En este mes que ha pasado, ha aprendido a pararse, empieza a dar sus primeros pasitos de costado agarrado de algo, una silla o mesa. Gatea sin cesar todo el día, ya no hay quien lo pare, se sale de su cuarto, y obviamente se dirige a donde mamá le dice que no, a la bici, al hornito eléctrico y al librero; y el tema de las siestas sigue siendo difícil, pero ya no me angustio. No ha subido mucho de peso y no se si es porque simplemente es flaquillo, come poco y hace mucho ejercicio (que es lo que yo creo) o tiene otra cosa, que espero que no.
Yo traigo mano de robocop por una tendinitis que me dió por cargar al chamaco, menos mal que está flaquillo, y me dio gripa por tercera vez, que horror. Entre los mocos, el dolor de garganta y el sueño hago lo que puedo con este niño que no para de jugar y no quiere dormir sus siestas. Lloro por dentro, jaja. Pero mientras él no se enferme, yo me doy por bien servida.
Y después de todo ese sufrimiento que parece que tengo, lo veo sonreir y me acuerdo por qué lo amo tanto y por qué no debo quejarme de mis males que dentro de lo que cabe ni son tan graves.
Te amo mi changuito trepador!
Llegamos temprano al aeropuerto y para nuestra suerte nos tocó un asiento vacío junto a nosotros, así que pudimos estirarnos un poco más de lo esperado. Se durmió en el despegue y después de media hora despertó y no paró. Brincaba en el asiento, pasaba de un asiento a otro, jugaba con sus juguetitos, quería ver por la ventana... Torbellino.
Tuvimos una semanita muy divertida con el primito de bruno pero también un poco difícil. Tuvo febrícula un par de días, anduvo muy inquieto y molesto, no quería comer bien, en fin. Traía la encía muy hinchada pero no le salió nada.
Estando con su primo empezó a hablar más, porque el primo habla mucho. Mamamamamá, Papapapapá, todo el tiempo y aprendió a decir adiós con la manita. Tuvimos un poco de retroceso con la dormida, durmió con nosotros todos los días bu, pero espero que lo podamos ir manejando poco a poco, estaba leyendo que en etapas de transición, les cuesta más trabajo dormir en su cuna... Ojalá y cuando pase lo de sus dientes lo logremos.
En el vuelo de regreso nos tocó junto a un chavo que al ver bebé mejor se cambió de lugar, jaja pobre. Seguro yo hubiera hecho lo mismo. Y obvio en el aeropuerto saludando a toda la gente, pero cuando llegamos y le quisimos enseñar a sus abuelos que ya decía adiós ni nos peló.
En este mes que ha pasado, ha aprendido a pararse, empieza a dar sus primeros pasitos de costado agarrado de algo, una silla o mesa. Gatea sin cesar todo el día, ya no hay quien lo pare, se sale de su cuarto, y obviamente se dirige a donde mamá le dice que no, a la bici, al hornito eléctrico y al librero; y el tema de las siestas sigue siendo difícil, pero ya no me angustio. No ha subido mucho de peso y no se si es porque simplemente es flaquillo, come poco y hace mucho ejercicio (que es lo que yo creo) o tiene otra cosa, que espero que no.
Yo traigo mano de robocop por una tendinitis que me dió por cargar al chamaco, menos mal que está flaquillo, y me dio gripa por tercera vez, que horror. Entre los mocos, el dolor de garganta y el sueño hago lo que puedo con este niño que no para de jugar y no quiere dormir sus siestas. Lloro por dentro, jaja. Pero mientras él no se enferme, yo me doy por bien servida.
Y después de todo ese sufrimiento que parece que tengo, lo veo sonreir y me acuerdo por qué lo amo tanto y por qué no debo quejarme de mis males que dentro de lo que cabe ni son tan graves.
Te amo mi changuito trepador!
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