viernes, mayo 10, 2024

… mi mamá …


Te presento a mi mamá.

Mi mamá no era de velas, ni de aromas. No era de cosas elegantes ni llamativas. No era de decoración ni de estar a la moda. No era de maquillaje ni de pintarse el pelo…

Pero era de amor, de el corazón más grande, de escuchar con atención, (mis amigos la amaban por eso, porque los escuchaba, y se reía de sus chistes). 

Mi mamá era de reír, de un humor muy simple, de reírse de las payasadas de sus hijas, de ver películas de Tin Tan y Capulina, de hablar fuerte y reír fuerte. (Siempre decía, no estoy enojada, así es mi VOZ!!!) 

Mi mamá era de desvivirse por los demás, de dar aventón, de cuidar sobrinos, de enseñar todo lo que ella sabía, de paciencia, de defender causas, de ayudar, siempre de ayudar. 

Mi mamá era de música, de huapango, de mariachi, de danza regional, de tronar los dedos al bailar, de poner música fuerte, de cantar, de ser guapachosa, de festejar, de jugar cartas, de echarse un cigarrito tan agusto que se te antojaba.

Mi mamá era de seguirnos la corriente con lo que se nos ocurría, de aprenderse bailes de magneto, de disfrazarse cuando tocaba, de llevarnos y recogernos de las fiestas, de abrir la puerta de la casa para recibir a todos.

Mi mamá era de decir No a las situaciones que podían ponernos en peligro, de no dejarnos hacer pijamadas en casas extrañas, de no dejarnos ir solas (aunque eventualmente tuvo que soltarnos), de cuidarnos. 

Mi mamá era de carácter fuerte, de ideas diferentes a las mías y a las de mi hermana y a las de la época que le tocaba vivir. 

Pero mi mamá era de aprender, de aprender un nuevo idioma, de aprender a conocer personas diferentes a las que ella estaba acostumbrada, de aprender a abrir su corazón y aceptar cosas que no conocía aunque a veces le costaba trabajo. 

Mi mamá era de Coca Cola y de Tequila, de pozole y de tlacoyos, de arroz blanco y caldito de pollo, de café y 2 galletitas marías con cajeta. 

Mi mamá era roja como yo pero de pelo lacio. Le chocaba la playa porque no le gustaba el calor, y aún así, nos la pasábamos en Acapulco cada que podíamos, porque sus hijas amaban ir. 

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Mi mamá era lo máximo, y siempre lo será ❤️